Encerrados.

Cada vez que mi hijo pequeño M tiene multideporte como extraescolar en el colegio, se me olvida llevarle agua para beber a la salida. Siempre tenemos que comprar un botellín en algún bar. Hoy, como una mamá moderna, le he llevado agua fresca en un termo monísimo de color verde y azul.

Al llegar al colegio he recogido a mi primogénito S y tras hacer un par de recados, hemos ido al polideportivo para ver a M hacer balonmano, y para recogerlo después. Como S tiene muchos deberes, le he preguntado que tenía para el día siguiente, al abrir la cartera para ver los deberes se ha dado cuenta de que no tenía la agenda informativa. Con lo responsable que es S para esas cosas el pobre se ha desesperado ante la idea de que su profesora le pueda castigar mañana por no llevar la agenda. El disgusto era tal y lloraba con tanto sentimiento que hemos pensado ir a la clase a buscarla. Una de las madres nos ha dicho que normalmente cierran todas las puertas, que no perdiésemos el tiempo, el disgusto de S era cada vez mayor… Otra mamá nos ha dado una opción, ir por la otra escalera… sin pensarlo dos veces  y cogidos de la manita nos hemos dirigido hacia la escalera del fondo.

Al abrir la puerta antipánico nos hemos encontrado dos puertas más, una enfrente a la anterior y otra a la izquierda y entre todas las puerta un espacio de tres metros por dos sin ventanas. La puerta por la que entramos se cerró detrás nuestro, sin darnos cuenta de que no teníamos posibilidad de abrirla. Probamos las otras dos puertas y tampoco se abrían… estábamos encerrados. S empezó a llorar casi histérico, mientras yo le repetía -cariño, respira, respira…- entonces cogí el móvil y comprobé la cobertura, podíamos llamar!! Mi hijo pequeño M estaba a punto de salir de su clase, y nosotros encerrados. Llamé a las dos mamás que estaban en la clase y ninguna contestó…

Nunca me imaginé que S quisiera tantísimo a su hermano, al pensar que el pequeñín estaría sólo la desesperación de S  creció exponencialmente, mi pobre hijo se llevaba las manos a la cabeza llorando y gritando, y ante mis palabras de calma y consuelo él sólo me miraba con sus ojos color miel metidos en dos lagunas…

En un momento y cuando trataba de recordar el teléfono del colegio para llamar a recepción, S me dijo que tenía «pipí» y que no podía aguantar más…

-Mami, ¿ lo hago aquí mismo…?- me preguntó desesperado…

-Espera cariño !!-

En ese momento visualicé el pipí  en la esquina de ese pequeño lugar, y ante la idea de pasar ahí varias horas se me ocurrió una feliz idea… cogí el termo, me bebí de un trago el agua que quedaba, y le dije a S que hiciera el pis dentro de termo… él muy gracioso quería hacerlo a distancia, como el que «escancia» una sidra gallega. Le sugerí hacerlo más cerquita. Después y con su desespero intacto se puso a rezar el Padrenuestro…

Al cabo de 5 minutos, nos vinieron a rescatar…. Nunca pensé que ante una situación así yo pudiese mantener la calma… y tampoco pensé que no pudiera transmitirle algo de tranquilidad a S.  No nos volverá a pasar, y para Reyes voy a pedir un móvil con cobertura vía satélite, porque la sola idea de en una situación similar no poder llamar me pone histérica a mi…

Tengo una pregunta, ¿por qué lo llaman puertas antipánico? … el pánico nos lo ha ocasionado la puerta…

7 respuestas to “Encerrados.”

  1. La verdad es que nuestras reacciones nos sorprenden hasta a nosotros mismos, somos capaces de ponernos histéricos por una tontería y de guardar la calma, como si fueramos soldados entrenados de las fuerzas especiales, en otras. Depende, de eso, de quien dependa de nosotros, ante nuestros pequeños somos más fuertes que el más fuerte de los mortales…instinto de protección, digo yo.

    • Lo bueno fue que al día siguiente en multideporte Marquitos me pregunta, : -Mami, me has traído agua?- y yo le enseñé el termo de el día anterior debidamente desinfectado… y Marquitos sin afectarse me dice:- Ese es el termo con el pipi de Sergio ?- jajaja aún me río…

  2. Coincido con Inma. Es el hecho de proteger a nuestros hijos lo que nos hace ser más fuertes ante situaciones desesperadas.

  3. Vaya situación mas angustiosa! Pero es cierto que , cuando menos lo esperamos, reaccionamos con calma y serenidad. Supongo que si tu hijo estaba tan nervioso no era plan de estar los dos igual de histéricos. Alguien tiene que conservar la calma!
    Muy bien Patricia!

    • Gracias guapa !!!, es que llevaba tal agobio … menos mal que el móvil tenía cobertura, si no no quedamos a dormir allí, y Marcos solito en multideporte, pobre…. Lo que ví, es lo que quiere Sergio a Marcos, más guapo…

  4. Jajaja, qué situación….por mucho que nos conozcamos nunca dejaremos de sorprendernos ante una reacción inesperada, aunque bien es cierto, que el instinto de protección ayuda mucho. Muy divertido lo del termo, una anécdota que pasará de generación en generación.
    A mí en situaciones de estrés o pánico me entra la «risa floja» que en lugar de tranquilizar a mis hijos les enfada muchísimo.

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